Por una parte sentimos el triste recuerdo de los familiares que no están. En estos días se sienten especialmente lejos, aunque seguro que comparten estos momentos entre nosotros de alguna u otra manera, que no podemos apreciar físicamente.
Por otra, es un día familiar en el que celebramos el nacimiento del Niño Jesús y como cualquier cumpleaños, debe ser una noche mágica, llena de momentos entrañables. Dónde la buena comida, las confidencias familiares y la alegría de los pequeños inunda de un carisma especial estas fiestas.
No debería existir en el mundo, ninguna persona que esté sola. Ojalá la magia de la noche y la bondad de los corazones reine en el mundo y todas las personas se sientan acompañadas, de una u otra forma.
Y por supuesto, tampoco debe existir ningún niño sin una sonrisa en su cara. Ojalá todos los niños del mundo estén felices y dispongan de algún presente, regalado por el Niño Jesús o por Papá Noel, según creencias.
Especialmente hoy, os deseo a todos que disfrutéis de una noche muy especial y una Feliz Navidad, cargada de alegría, salud y familiaridad.
Hoy más que nunca, ¡No olvides ser feliz!
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